Llego a los 36

El pasado 2 de agosto, hice la romería por primera vez. Desde hace muchos años tenía ganas de hacerla pero nunca había tenido suficiente determinación.

Caminé con Esteban, mi mejor amigo, y fue una gran experiencia, a pesar de que no me considero un católico practicante. Lo hice porque me considero una persona demasiado afortunada, y fiel creyente del valor del agradecimiento en una persona. Me considero demasiado afortunado por no tener nada que pedir, y sí, demasiado que agradecer.

Comenzamos a caminar a las 7pm desde Villas de Ayarco, y llegamos a las 9:40pm a nuestro destino. Ya ahí, frente a la basílica cerrada, me senté enfrente a descansar un poco y a reflexionar sobre mi vida. No me tomó casi nada de tiempo llegar a la conclusión de que estoy viviendo mi mejor momento.

Me siento mejor que nunca físicamente, los exámenes de laboratorio me salieron excelentes y tengo muchos meses sin enfermarme. Me siento muy fuerte y con buena condición física. Salto muchísimo más alto que antes porque he estado haciendo entrenamientos de pliometría. Me veo bien, lo noto por la forma en la que me miran y me tratan las otras personas.

Mi relación con mis hijos es inmejorable, y ellos son personas increíbles, son un sueño de hijos. Ambos se han logrado adaptar a centros educativos privados, a pesar de todo lo que eso implica. Y se han mantenido entrenando voleibol en la academia. Turi comenzará la otra semana a entrenar con el equipo de Belén, y todo pinta a que será una gran oportunidad deportiva para él.

Mi relación con mi novia Hazel es genial, ha logrado sobrevivir algunos tiempos difíciles y ya vamos a cumplir 3 años. Es sin duda la mejor relación que he tenido en mi vida. Ella realmente ha puesto de su parte para que lo nuestro funcione.

¡Al fin logré divorciarme! No fue fácil, y me tomó más de ocho años, pero lo logramos. Tanto Daniela como yo vamos a tener un poco más de paz en nuestras vidas. Ella se comportó a la altura de la situación, y siempre trató de que fuera un divorcio justo (al menos desde la perspectiva de ella). No tengo quejas.

Mis amigos más cercanos son como una familia para mí, hablamos a diario por WhatsApp, y tratamos de vernos al menos una vez al mes, aunque no siempre se puede.

Manfred es un socio increíble, es de las personas que más admiro en el mundo. Estos últimos meses hemos estado trabajando demasiado y apenas se ven los frutos, pero creemos firmemente en lo que hacemos, como siempre.

En Ensensis logramos lanzar Talentify, y ha sido un reto enorme todo, pero parece ya estar teniendo algo de estabilidad y los ingresos van creciendo.

Ya tenemos desarrollada Wíbulu, y me hace demasiada ilusión! Vamos a comenzar a conseguir tracción para probar que es viable y continuar con la siguiente etapa de AUGE.

Mis papás siguen vivos, y trato de ir con cierta regularidad por allá. Mi mamá ha estado algo deprimida, como si ya no tuviera muchos motivos para seguir viviendo. Mi papá sigue igual de fuerte que siempre, y espera llegar a los 100 años como ya casi llega el tío de él (Belisario).

He pasado jugando básquet todo el año con los Halcones, mi nivel y entendimiento del básquet es el más alto que he tenido desde que empecé a jugar. Me gustaría comenzar a entrenar con el equipo de Escazú de Maxi-Baloncesto, tal vez lo intente en los próximos meses.

La vida es demasiado buena conmigo en este momento, y me es inevitable sentir miedo de que deje de serlo pronto.

Ojalá estos 36 sean tan increíbles como lo fueron estos 35, ¡o más!

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